Pero encuentro también una infinita lista de mudanzas que nos van ocurriendo sin "querer", como mudar las expresiones faciales, la forma del cuerpo, el brillo del pelo, las arrugas de las manos, el sentido del humor, la amabilidad, el respeto por el prójimo, etc.
Dicen que las mudanzas no son al acaso. Que todo tiene un sentido. Que todo está conectado. Para mí, que ya me mudé más de 15 veces de dirección y que estoy a punto de volver a mudarme, cada vez que me mudo tengo la sensación de mutar, de pasar por una transformación general. No es solamente un "cambio". Es un movimiento que lleva a una nueva forma de adaptarse al mundo.
Para ir a lo práctico, encontré una nota sobre la planificación de una mudanza de casa.
En su columna semanal, la directora de Living nos da ideas y sugerencias para evitar que el cambio de casa sea un trauma. Entrá y contanos tu experiencia
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