04 febrero, 2010

Diario de infancia. La importancia de creer en otras mujeres.

Alrededor de los 6 años conocí otra religión, porque hasta entonces solo frecuentaba a misas católicas. Empecé a ir a las "sesiones" de los viernes con toda mi segunda familia. Iba desde mi mamá hasta mi abuela. Éramos unos cuantos. Tíos, tías, primos y primas. Era un lugar para escuchar buena música (mucha percusión), bailar, cantar, agradecer y hacer pedidos. Llevaba ropa para bendecir o fotos para mejorar la vida de alguna amiga. Me hicieron creer que en el mundo espiritual siempre podemos encontrar la esperanza de que todo puede cambiar. Me hicieron creer que si tuviera fé en mí y en las diosas y dioses podría sobrevivir a cualquier obstáculo de la vida. El Centro era dirigido por una mujer. Una mujer madura, grandota, que se veía muy fuerte y poderosa.  La llamaban "Mae de Santo" o "Madre de Santo". Toda la gente iba a verla para pedir consejos. Se vestía de blanco total, como una novia, o como un ángel o diosa. Según el devoto. Llevaba muchos collares (eso era lo que más me encantaba), tomaba champagne, bailaba y cantaba como una artista de la tele. Era realmente fascinante, sobretodo para una niña de 6 años.

Todo eso lo recordé cuando el Martes 02 leí una nota sobre la diosa del mar y el amor en La Nación. Ya pasó la fecha de su día, pero igual les dejo el link para conocer un poco más sobre la divina Yemanjá.
Además vean en la nota el video de "Woman on Top" con Penélope Cruz que también cree en las diosas.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1227306

02 febrero, 2010

Prendan la luz, no veo nada

Lamentablemente a veces una sufre de ceguera al contratar una empleada. La desesperación juega en contra. Después de pasar dos semanas sola, sin ayuda doméstica, empezamos a mendigar por todos lados. Y cuando aparece "la candidata" evaluamos intuitivamente, sin tests sin nada, y confiamos con los ojos cerrados en quién nos la recomienda. Por supuesto que estamos más que agradecidas por la recomendación. No se trata de echar la culpa a nadie.  
La chica empieza y en su segundo día rompe el botón del horno, luego quema toda la comida, provoca un corto circuito en la casa, porque se le moja el cable de la plancha, y además de todas las dificultades de "adaptación", se apodera del teléfono llamando al extranjero como si fuera una llamada local todas las tardes.
Increíble, pero eso nos pasa menudo. Me pregunto si es falta de liderazgo, falta de olfato a la hora de entrevistarlas o simplemente una cuestión de suerte. ¿Hasta cuándo seguiremos esperando por una mejora en la mano de obra doméstica? ¿Nos interesa educarlas?  
Ustedes:  ¿Están dispuestas a pagar por el entrenamiento de su ayudante?

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...