02 febrero, 2010

Prendan la luz, no veo nada

Lamentablemente a veces una sufre de ceguera al contratar una empleada. La desesperación juega en contra. Después de pasar dos semanas sola, sin ayuda doméstica, empezamos a mendigar por todos lados. Y cuando aparece "la candidata" evaluamos intuitivamente, sin tests sin nada, y confiamos con los ojos cerrados en quién nos la recomienda. Por supuesto que estamos más que agradecidas por la recomendación. No se trata de echar la culpa a nadie.  
La chica empieza y en su segundo día rompe el botón del horno, luego quema toda la comida, provoca un corto circuito en la casa, porque se le moja el cable de la plancha, y además de todas las dificultades de "adaptación", se apodera del teléfono llamando al extranjero como si fuera una llamada local todas las tardes.
Increíble, pero eso nos pasa menudo. Me pregunto si es falta de liderazgo, falta de olfato a la hora de entrevistarlas o simplemente una cuestión de suerte. ¿Hasta cuándo seguiremos esperando por una mejora en la mano de obra doméstica? ¿Nos interesa educarlas?  
Ustedes:  ¿Están dispuestas a pagar por el entrenamiento de su ayudante?

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