La amistad. ¡Ese enriquecedor vínculo!

Hace días que vengo pensando en la amistad. En las de mis hijos, las de mi marido, las de mi madre, de mi suegra, de mi hermano, etc. 
Amistades del colegio, de la facultad, del club, del barrio, del trabajo, del gymnasio, de las redes sociales, etc. 
Como justo estamos de vacaciones escolares, hay tiempo para reflexionar sobre las relaciones sociales de la familia. 


¿Cómo las cultivamos? ¿Cuánto tiempo toleran nuestros hijos sin ver a sus amiguitos del cole? ¿Cuánto incentivamos su despegue del hogar para que conozca otros modelos de familia? ¿Cuánto tiempo nosotras madres aguantamos sin ver a nuestras amigas de la infancia? ¿Cuánto tiempo aguantan nuestros maridos sin tomar una cervecita con un amigo? 


A veces dejamos que la "rutina nos coma" y cuando nos acordamos del amigo, ya es tarde para llamarlo, para invitarlo, para pasar a verlo. 


Encontré una nota en la Revista Planetario, que me encantó. La pueden conseguir en cualquier juguetería o librería de Buenos Aires. Es gratis. 
Igualmente aquí les dejo el link:  
http://www.revistaplanetario.com.ar/news/view/queres-ser-mi-amigo

Por otro lado, comparto aquí una nota de LaNación que también es muy interesante. 
http://www.lanacion.com.ar/1362951-quieres-ser-mi-amigo/a

El libro "Mejores amigos, peores enemigos" de Michael Thompson y Catherine O´Neill Grace nos dan una clara visión de cómo manejar la vida social de nuestros hijos y la nuestra también. ¡Se los recomiendo!

Fuera de rutina: ordenar y re-conocer libros cuando las vacaciones son en casa.

Parece aburrido pero puede transformarse en diversión. 
¿Quién dijo que a los niños no les gusta leer? 
¿Que no les gusta imaginar? 
¿Que no les interesa ser heroes, reyes, ogros, caballeros o princesas?  
¿Que no les fascina el mundo marino, el espacio sideral ni los animales de la selva? 
¿Quién dijo que no es aliviador escuchar o leer un cuento antes de dormir o después del desayuno en la cama? 


Ya que están en casa sin actividades programadas, ni tareas del colegio, ordenar la biblioteca y "re-vivir" esos libros encantadores puede ser un buen entretenimiento para las vacaciones escolares. 


Hablando de orden, encontré diseños de bibliotecas muy prácticas y que no parecen caras para armar. Les dejo aquí el link del blog LA MAISON D'ANNA G. 


La maison d'Anna G.: Bibliothèques: Je ne pourrais pas vivre dans une maison sans livres. Mes bibiliothèques Billy avec surmeubles sont pleines à craquer mais je n'ai pas de pl...
http://lamaisondannag.blogspot.com/2010/10/bibliotheques.html

Siempre amé las bibliotecas. Las públicas, privadas, las de amigos y las de nuestra casa. En las pasadas vacaciones de invierno, llevé a mis hijos a conocer la Biblioteca Nacional. 

Esa que se esconde en el edificio de los arquitectos Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga en Recoleta, Capital Federal. 

Los chicos se impresionaron con la altura de las paredes. ¡Son realmente imponentes!  Pero cuando entramos se decepcionaron porque no había libros. O mejor, no podían verlos, olerlos ni tocarlos. Hay que pedirlos a través de una computadora y esperar aproximadamente 20 minutos para que el bibliotecario lo traiga. ¡Imaginense la frustración!

Pero bueno, lo importante fue el paseo para matar la curiosidad por conocer la más grande biblioteca del país y rodar por inclinado pasto. 

Aquí les dejo el link para programar una visita o anotarse en algún curso o taller. 

http://www.bn.gov.ar/

Por otro lado, les recomiendo dos videos:  uno nos cuentan por qué leer es necesario para nuestra evolución socio-cultural. El otro, es un pedacito de la película "En busca de la felicidad", dónde demuestra que la lectura lo salvó. Es un caso extremo, lo sé, pero la encontré tan significativa que me dio ganas de citarla aquí. 

Nuestros hijos de vacaciones y nosotras trabajando. ¿Con qué se entretienen?

Este video me hizo pensar en esa tentación que sufrimos todos en las vacaciones. Los chicos se despiertan temprano y ya se sienten aburridos. Entonces empiezan las "sugerencias" para pasar el día. La primera de la lista es la fatídica tv. Si estamos en casa podemos controlar el horario, si los dejamos a los cuidados de otra persona para salir a trabajar afuera, hummmm, se pierde la cordura y los niños logran falsear su propio deseo de "divertirse" como infantes imaginativos. 


Reflexiono:  
¿Si el papá de Mafalda hubiera incentivado un juego diferente qué hubiera pasado? 


Un pediatra amigo nos dijo una vez, que si dedicáramos 20 min por día para cada hijo seríamos todos mucho más felices y saludables. Eso sí, el juego tiene que ser elegido por el niño, no vale inducirlo a lo que nos gusta. ¡Creo que vale la pena intentarlo!