Siempre estuve a favor de que los niños ordenen sus "cosas". Hablo de juguetes, material del colegio, ropa, mochila, etc.
Algunos pueden pensar que es demasiado temprano para pedir a sus hijos que mantengan la casa ordenada y/o sus cuartos ordenados. Piensan que son muy "chicos", que eso es tarea de adultos y sobretodo de las niñeras o empleadas domésticas. Ya me tocó visitar casas dónde no se podía caminar sin aplastar un juguete. De hecho creo que con tanto desparramo, ni siquiera los niños ubican sus propias preferencias. Que el caos provoca más caos y no les crea un proceso de decisión y lógica en sus cabecitas.
Es realmente abrumador, tener tantas opciones tiradas por todos lados.
Pensé entonces que podríamos tomar unas horas para poner a prueba nuestro sentido del orden e implementar esa actividad como rutina con el objetivo de encontrar placer en la construcción de un hogar más práctico y libre de polución visual.
Descubrí un sitio sobre la importancia del orden interno y el orden externo y quiero compartirlo con ustedes. Es muy interesante como la filósofa Solange Favereau compara las ventajas de un ser ordenado vs desordenado.
http://www.hacerfamilia.net/new/index.asp?pag=articulos&id=1168
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